miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡Felices Fiestas!

(Papá Noel, mi hijo al fondo)

¡¡¡HOW, HOW, HOW!!!

(nos vemos a la vuelta de vacaciones)



miércoles, 17 de diciembre de 2008

Fátima

Fátima tiene catorce años, es alumna de 1º de la eso, y repetidora. Tiene unos preciosos ojos negros y rasgados como no hay otros en el centro. Es una niña dulce y agradable de trato, que el verano pasado cuidaba a un niño de la edad de mi hijo, cinco años. Vive con su abuela, con su padre y con su tío. No con su madre. 


Fátima no se diferenciaría de sus compañeras si no fuera porque tiene un problema serio de obesidad, un problema que le hace ser tímida y desconfiada, y que le provoca dificultades de relación con sus compañeros. No es nada popular en su clase, y en ocasiones debe aguantar los comentarios malintencionados de algunos de sus compañeros y compañeras. 


El viernes pasado Jefatura intervino hachís a varios alumnos y alumnas del centro, de 1º, 3º y 4º de la eso, detrás de los cuales llevaban desde hacía tiempo. Todos consumidores, menos uno, la persona que metía y pasaba la droga en el centro. Esta persona era Fátima.


Yo no sé que le ha llevado a Fátima a cometer una tontería como ésta, que va a tener graves consecuencias para sí misma y para otros compañeros. Quizá hayan sido las ganas de granjearse la aceptación del grupo, sus deseos de integrarse, sus ganas de eludir los problemas con sus compañeros. Quizá pensara que las duras palabras que recibía del grupo se convertirían en palabras de admiración y respeto, no sé. Tampoco sé de donde sacaba Fátima el hachís que traía al centro, aunque puedo imaginarme que se lo haya quitado a alguien muy cercano. También puede ser que me equivoque. 


Lo que sí sé es que Fátima desearía tener un poquito más de cariño.

jueves, 11 de diciembre de 2008

María, valor seguro

En nuestras jornadas de evaluación, tras haber terminado las deliberaciones de los profesores, se les da unos minutos a los delegados y delegadas para que transmitan a la junta sus impresiones de cómo va el año, sus quejas de lo que no marcha, sus sugerencias de cómo mejorar, sus preocupaciones sobre lo que queda de curso.

A mí, es el momento que más me gusta: les veo tan nerviosos (hablar delante de tantos profes no debe ser fácil para ellos), tan conscientes de la responsabilidad que tienen por ser los representantes del grupo, tan decididos a transmitirnos sus ideas, tan dispuestos a soportar la crítica que debe llevar a un mejor funcionamiento del grupo, que me emociona, sinceramente.

En ocasiones desaprovechan esa oportunidad y no van, o acuden sin haber preparado la cita. En otras, su contribución es determinante para conocer un caso de acoso, o para arrojar luz sobre el mal comportamiento de un grupo. Algunas veces el delegado o delegada debe soportar estoicamente duras palabras del profesorado, siendo capaz de entender que no son personales y que nuestras quejas son hacia el grupo, y que cuando sean transmitidas a sus compañeros estarán cumpliendo su cometido.

Siempre es interesante oírlos, y sólo por ello merece la pena la paliza que supone una tarde completa de evaluaciones.


Nosotros hoy hemos tenido evaluaciones y, como en los años anteriores, María no ha faltado a su cita.

María cursa cuarto de la eso y es delegada de su grupo. También lo fue cuando estudiaba tercero, cuando hizo segundo (dos veces) y cuando cursó primero. ¡Sí señor, tiene vocación y sus compañeros confían en ella!

María sabe que el grupo tiene una valiosa oportunidad y nunca, nunca la desaprovecha: moviliza a su grupo, le hace reflexionar y sacar sus conclusiones, y por último viene y nos las cuenta. ¡¡Vaya delegada excepcional!! Y como sabe que los nervios o la memoria pueden jugarle una mala pasada, lo trae todo perfectamente escrito, y perfectamente nos lo lee desde sus papeles, pausadamente y concentrada. ¡Qué placer escucharla! ¿Queréis saber qué nos ha transmitido esta vez? Vamos a oírla:


-”Un año más como delegada de un curso, en esta ocasión 4º C, me presento ante esta junta como portavoz y representante de mi clase.

En esta exposición trataré de haceros llegar diferentes aspectos del desarrollo de este trimestre.”


-”En primer lugar:

En general hemos sido algo pasivos en un principio. Reaccionamos tarde, pero todos y cada uno de nosotros pondremos los medios necesarios para un mayor rendimiento.

Estamos en tránsito hacia la madurez, la cual en ocasiones se podría apreciar que destaca favorablemente en nosotros, pero que en otras brilla por su ausencia.

A su vez, hemos apreciado una evolución en nuestra conducta referente al respeto del turno de palabra entre nosotros, cosa que al principio no se cumplía.”


-“En segundo lugar: me gustaría enumerar una serie de peticiones.

En ciertas épocas de excesivos exámenes, rogaríamos a todos nuestros profesores que fueran más comprensivos a la hora de mandarnos deberes para casa ya que en dichas épocas solemos carecer de tiempo suficiente.

Creemos lógico que además se nos avise de las fechas de exámenes con unos diez días de antelación aproximadamente para una mejor preparación de estos.

A su vez también, al día se pediría que no se tuvieran más de dos exámenes de materias con mucho contenido.

Y como última petición, estimada como una de las más importantes, se suplicaría que se tomaran unas medidas severas para los alumnos que interrumpan el desarrollo normal de la clase.”


-”Y para finalizar, pretendo nombrar una serie de agradecimientos a los miembros del profesorado.

Agradecer en general el esfuerzo y la dedicación de los profesores al facilitarnos los datos en forma de esquema para una mayor comprensión de los contenidos.

A su vez, las numerosas excursiones que hemos tenido en el trimestre, que han conseguido en todos nosotros una mayor motivación.

En ciertas clases, la reproducción de videos, actividades de canciones, etc.

Y la publicación del blog en internet, para aclaración de dudas y curiosidades."


-"Gracias a todos y cada uno en particular por dedicarnos este tiempo."


ESO 4º C.


¿Qué os parece?


Al terminar, he salido detrás de ella y la he pedido sus apuntes, y ella ha sido tan gentil de dármelos y de darme además, ¡oh, suertudo de mí! un par de besos.


¡Gracias María, ya estoy deseando que llegue la segunda evaluación!


miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡Supera tus fantasmas!


Esta mañana cuando iba al instituto (a las 9’15) me he encontrado por el camino con un alumno del centro que iba retrasado. Se llama Sergio y estudia cuarto de la eso. Yo le he tenido en primero, segundo y tercero. En primero tuve un mal encuentro con él que le valió una expulsión inmediata de tres días. Pese a ello, nuestra relación siempre ha sido buena: reconoció su error inmediatamente, no lo ha vuelto a cometer y yo no soy rencoroso. 

Si tuviera que describirle diría que su actitud en clase oscila entre la pasividad e indiferencia más absoluta y el interés y la participación distante. No soporta que se le impongan las cosas sin razonárselas (como le pasa a casi todos los alumnos), le encanta el ajedrez, es un lector compulsivo, mide 1’94, y cursa el programa de diversificación, pese a ser superdotado. ¿Cómo es posible eso? Pues porque su historia familiar es muy (pero muy) complicada y le ha influido tanto como para imposibilitarle seguir el programa normal: es incapaz de enfrentarse a los problemas y dificultades diarias. O, al menos, era incapaz, porque hace un par de días me comentaron en Jefatura que quiere estudiar bachillerato, una maravillosa noticia.
-”Ay, ay, ay, Sergio, que vas tarde, ¿de dónde vienes?”, le pregunto interesado.
-”De por ahí.” contesta evasivo.
-”¿Y qué clase tenías a primera?”
-”No sé, profe, es que no me he aprendido el horario” me dice con tono un poco guasón.
-”¡¿Cómo es posible, Sergio, qué desastre, a estas alturas del curso?!”, le recrimino.
-”No pasa nada profe, ahora me dejo llevar por la corriente y todo solucionado.”
Tras una pequeña pausa, le tanteo:
-”Me he enterado que quieres hacer bachillerato.”
-”Sí profe.” me dice ilusionado. “He pedido los libros de cuarto y los estoy estudiando en casa. Ahí estoy haciendo los ejercicios de ciencias, mates y física y química. Ya tengo un cuaderno lleno.” me cuenta tranquilamente.
-”¿Y ese cambio, Sergio, cómo ha sido?”
-”Pues porque no quiero quedarme sólo con un título de grado medio, quiero uno superior” me dice y es la primera vez que le oigo hablar de su futuro, afrontar su porvenir con una actitud positiva. Me alegra tanto que casi me emociona.
-”Y además, Sergio- le digo -teniendo las capacidades para hacerlo, es una pena desaprovecharlas.”
Pero Sergio no me contesta, no sé si le da vergüenza. Me siento un poco torpe de haberlo mencionado. A lo mejor es algo que no considera importante.


Lo importantes es que ¡allá va Sergio!, se ha puesto en movimiento con su imponente cuerpo y su imponente cabeza. Y si consigue superar sus fantasmas familiares quizás le veamos llegar lejos. 


(Os recomiendo una página interesante: www.iqtest.dk. ¡Suerte!)