domingo, 16 de noviembre de 2008

¡¡Soy rico!!


Nicomedes es un profesor de matemáticas que ha dejado castigados durante el recreo a cuatro alumnos de 1º de la eso que le han estado dando la lata en clase. Después de reprenderlos un poco, aguanta sus previsibles quejas:



-“¡No nos castigues profe, si no hemos hecho nada, anda...!” dice David.


-”Déjalo David, si es que a los profes les encanta castigar, aunque no tengan razón, es que disfrutan con ello...” dice Álvaro indignado mientras desenvuelve su bocadillo. Sus compañeros asienten.


Nicomedes no les hace ni caso. Van pasando los minutos. Álvaro, mastica muy pensativo mientras mira a Nicomedes. 


-”¿Profe, tu eres rico?”, pregunta de improviso.


-”¿Rico yo, de dónde te sacas eso? No, no, yo no soy rico, Álvaro, ya me gustaría, ya.” 


-”Como tienes un BMW y un ordenador portátil...” suelta un poco descarado.


-”Bueno, eso es cierto, pero no soy rico, no. Un portátil hoy en día no es algo caro, y respecto al coche, creo que hay que tener un vehículo seguro que pueda prevenir posibles desgracias” le explica Nicomedes.


-”Claro, si fueras rico no serías profesor.” dice, aplicando su lógica particular, y quizá algo despectivo.


-”Ser profesor no tiene nada que ver con ser rico, es algo vocacional. Aunque fuese rico, sería profesor igualmente. A mí me gusta mucho mi trabajo, Álvaro, me reporta muchas satisfacciones pese a los momentos difíciles que hay de vez en cuando.”


-”A mí no me gustaría ser profe, vaya rollo, todo la vida metido en un instituto...” dice el chico bastante categórico, aunque tras unos momentos añade: 


-“Bueno, sí que me gustaría, para poder castigar a todo el mundo, se iban a enterar!!”, amenaza sonriendo malicioso...



¡Que dios no nos ponga donde lo haya!, como decía mi abuela.




10 comentarios:

Cristinaa dijo...

Jajajajajjajaa, qué bueno...
eso yo también lo he escuchado.. muchas veces.
Nos quejamos de que nos castiguen pero luego no dudaríamos en castigar... cómo somos eh?! jaja
Así somos...
Un beso!!

Carlos Nicomedes Díez dijo...

Espero que cualquier parecido con la realidad sea mera coincidencia (al menos en lo que se refiere a los nombres), jaja.
Saludos.

PLB dijo...

Je je, que malos somos.

Me ha hecho mucha gracia lo del nombre, como Joaquines hay muchos, un nombre menos común. Anda que si te digo que conozco a un profe de mates que se llama Nicomedes...

Un saludo.

P.

Alicia Lara Clares dijo...

¡Muy bueno!

Me suena bastante, en mi facu lo escucho casi a diario: "Cuando sea profe... pobres alumnos... se van a enterar de lo que yo estoy sufriendo"

¡¡Un besito!!

Anónimo dijo...

Que gracia tiene el tal Alvarito
para decirle al profe que si el pudiera seria él el que estaria
castigado.
Nicomedes es profesor vocacional
de los buenos,porque aunque fuera rico se dedicaria a la enseñanza.
UN BRAVO POR EL

Anónimo dijo...

¡Qué bueno! Y qué razón tiene esta persononita: ¿quién no ha pensado en ser profe para castigar y suspender a quien quisiera sin "aparente" razón? Menos mal que con el tiempo y la madurez, cambiamos de opinión (yo ya lo he hecho jajaja)
Yo me pasé media vida deseando salir del instituto para empezar mi querida Filología Inglesa, y ahora que la he terminado deseo volver al instituto... Qué curioso, ¿no? Los profes vocacionales somos una raza diferente: un solo momento de alegría al cabo del día parecido a éste, con Alvarito, hace que todo ese día merezca la pena.
Qué bonito es educar :)
Faithfully, tu seguidora Inma

Unknown dijo...

Qué curioso que los alumnos vean el castigo como algo normal cuando nosotros lo pensamos mil veces antes de hacerlo.
A saber que pasa en sus hogares.

Saludos.

A.

Lourdes Domenech dijo...

Es triste que la imagen del alumno sea precisamente la del castigo injustificado y vengativo.
No sé, no sé... Este Nicomedes debería haber respondido algo para paliar el (des)enfoque de la última intervención del chico.

Joselu dijo...

Es cierto que nuestros alumnos piensan cosas extrañas de nosotros. Que vivimos muy bien, pero a la vez piensan que tampoco es para hacerse rico... Deben pensar que es poco gratificante dar clases. Nosotros sabemos de la dualidad que implica ser profesor. Grandes disgustos pero también momentos inigualables.
Bien por Nicomedes y por las Historias de instituto.

soy amarillo y azul dijo...

Eso es, Cristina, cómo me fastidia algo pero si yo pudiera, jejeje...

Carlos Nicomedes, ¿tú también eres de matemáticas? Me he dado una vuelta rápida por tu blog y no me lo ha parecido... Me pasaré con más calma. Gracias por pasarte por aquí, un saludo.

Plb, hay que tener cuidado con los nombres que se eligen, y fíjate que siempre hay alguien que puede encajar con cualquier perfil. Evidentemente el nombre de Nicomedes, como todos (menos uno) es ficticio. Gracias por volver por aquí.

Ali, qué alegría que me dediques unos segunditos. Tú abundas en la opinión de Cristina, parece que os conocieras, jejeje. Esto demuestra que el mundo del profesorado está lleno de resentidos, no?
Besos

Gracias, mamá por tu opinión (eres tú, verdad?) Y sí, los profes vocacionales son los mejores, aunque ¿puede haber un profesor sin vocación? Yo creo que no. Bravo por todos!!

Sí, Inma, educar es lo mejor, nada comparable a captar la atención de los chavales, involucrarlos en algo, ver cómo aprovechan los conocimientos que tu les has traspasado, notar su entusiasmo. Indudablemente no hay nada igual (bueno, ser padre o madre, jejeje) Gracias por tu fidelidad.
Best.

Antonio, qué alegría que vuelvas por aquí. Primero darte las gracias porque he recibido un buen montón de visitas que vienen de tu casa. ¡Eres un encanto!
Respecto a lo que tienen los chavales en casa, casi es mejor la ignorancia...

Lu, seguramente se lo respondió, conociéndole como le conozco, y seguramente a Álvaro le dieron igual sus palabras... Pero es cierto que el castigo muchas ocasiones se percibe como inmerecido o indiscriminado, ¿es que no sabemos trasmitir su necesidad en ocasiones? Muchas gracias por tu visita (me gusta tu blog)

Joselu, es cierto que piensan cosas raras (muy raras a veces) de nosotros, ideas preconcebidas para bien y para mal; en ocasiones nosotros no sabemos estar a la altura de lo que para ellos representa ser profesor y sin quererlo "les traicionamos", no os parece? Gracias por tus palabras y tu visita.