miércoles, 24 de diciembre de 2008

¡Felices Fiestas!

(Papá Noel, mi hijo al fondo)

¡¡¡HOW, HOW, HOW!!!

(nos vemos a la vuelta de vacaciones)



miércoles, 17 de diciembre de 2008

Fátima

Fátima tiene catorce años, es alumna de 1º de la eso, y repetidora. Tiene unos preciosos ojos negros y rasgados como no hay otros en el centro. Es una niña dulce y agradable de trato, que el verano pasado cuidaba a un niño de la edad de mi hijo, cinco años. Vive con su abuela, con su padre y con su tío. No con su madre. 


Fátima no se diferenciaría de sus compañeras si no fuera porque tiene un problema serio de obesidad, un problema que le hace ser tímida y desconfiada, y que le provoca dificultades de relación con sus compañeros. No es nada popular en su clase, y en ocasiones debe aguantar los comentarios malintencionados de algunos de sus compañeros y compañeras. 


El viernes pasado Jefatura intervino hachís a varios alumnos y alumnas del centro, de 1º, 3º y 4º de la eso, detrás de los cuales llevaban desde hacía tiempo. Todos consumidores, menos uno, la persona que metía y pasaba la droga en el centro. Esta persona era Fátima.


Yo no sé que le ha llevado a Fátima a cometer una tontería como ésta, que va a tener graves consecuencias para sí misma y para otros compañeros. Quizá hayan sido las ganas de granjearse la aceptación del grupo, sus deseos de integrarse, sus ganas de eludir los problemas con sus compañeros. Quizá pensara que las duras palabras que recibía del grupo se convertirían en palabras de admiración y respeto, no sé. Tampoco sé de donde sacaba Fátima el hachís que traía al centro, aunque puedo imaginarme que se lo haya quitado a alguien muy cercano. También puede ser que me equivoque. 


Lo que sí sé es que Fátima desearía tener un poquito más de cariño.

jueves, 11 de diciembre de 2008

María, valor seguro

En nuestras jornadas de evaluación, tras haber terminado las deliberaciones de los profesores, se les da unos minutos a los delegados y delegadas para que transmitan a la junta sus impresiones de cómo va el año, sus quejas de lo que no marcha, sus sugerencias de cómo mejorar, sus preocupaciones sobre lo que queda de curso.

A mí, es el momento que más me gusta: les veo tan nerviosos (hablar delante de tantos profes no debe ser fácil para ellos), tan conscientes de la responsabilidad que tienen por ser los representantes del grupo, tan decididos a transmitirnos sus ideas, tan dispuestos a soportar la crítica que debe llevar a un mejor funcionamiento del grupo, que me emociona, sinceramente.

En ocasiones desaprovechan esa oportunidad y no van, o acuden sin haber preparado la cita. En otras, su contribución es determinante para conocer un caso de acoso, o para arrojar luz sobre el mal comportamiento de un grupo. Algunas veces el delegado o delegada debe soportar estoicamente duras palabras del profesorado, siendo capaz de entender que no son personales y que nuestras quejas son hacia el grupo, y que cuando sean transmitidas a sus compañeros estarán cumpliendo su cometido.

Siempre es interesante oírlos, y sólo por ello merece la pena la paliza que supone una tarde completa de evaluaciones.


Nosotros hoy hemos tenido evaluaciones y, como en los años anteriores, María no ha faltado a su cita.

María cursa cuarto de la eso y es delegada de su grupo. También lo fue cuando estudiaba tercero, cuando hizo segundo (dos veces) y cuando cursó primero. ¡Sí señor, tiene vocación y sus compañeros confían en ella!

María sabe que el grupo tiene una valiosa oportunidad y nunca, nunca la desaprovecha: moviliza a su grupo, le hace reflexionar y sacar sus conclusiones, y por último viene y nos las cuenta. ¡¡Vaya delegada excepcional!! Y como sabe que los nervios o la memoria pueden jugarle una mala pasada, lo trae todo perfectamente escrito, y perfectamente nos lo lee desde sus papeles, pausadamente y concentrada. ¡Qué placer escucharla! ¿Queréis saber qué nos ha transmitido esta vez? Vamos a oírla:


-”Un año más como delegada de un curso, en esta ocasión 4º C, me presento ante esta junta como portavoz y representante de mi clase.

En esta exposición trataré de haceros llegar diferentes aspectos del desarrollo de este trimestre.”


-”En primer lugar:

En general hemos sido algo pasivos en un principio. Reaccionamos tarde, pero todos y cada uno de nosotros pondremos los medios necesarios para un mayor rendimiento.

Estamos en tránsito hacia la madurez, la cual en ocasiones se podría apreciar que destaca favorablemente en nosotros, pero que en otras brilla por su ausencia.

A su vez, hemos apreciado una evolución en nuestra conducta referente al respeto del turno de palabra entre nosotros, cosa que al principio no se cumplía.”


-“En segundo lugar: me gustaría enumerar una serie de peticiones.

En ciertas épocas de excesivos exámenes, rogaríamos a todos nuestros profesores que fueran más comprensivos a la hora de mandarnos deberes para casa ya que en dichas épocas solemos carecer de tiempo suficiente.

Creemos lógico que además se nos avise de las fechas de exámenes con unos diez días de antelación aproximadamente para una mejor preparación de estos.

A su vez también, al día se pediría que no se tuvieran más de dos exámenes de materias con mucho contenido.

Y como última petición, estimada como una de las más importantes, se suplicaría que se tomaran unas medidas severas para los alumnos que interrumpan el desarrollo normal de la clase.”


-”Y para finalizar, pretendo nombrar una serie de agradecimientos a los miembros del profesorado.

Agradecer en general el esfuerzo y la dedicación de los profesores al facilitarnos los datos en forma de esquema para una mayor comprensión de los contenidos.

A su vez, las numerosas excursiones que hemos tenido en el trimestre, que han conseguido en todos nosotros una mayor motivación.

En ciertas clases, la reproducción de videos, actividades de canciones, etc.

Y la publicación del blog en internet, para aclaración de dudas y curiosidades."


-"Gracias a todos y cada uno en particular por dedicarnos este tiempo."


ESO 4º C.


¿Qué os parece?


Al terminar, he salido detrás de ella y la he pedido sus apuntes, y ella ha sido tan gentil de dármelos y de darme además, ¡oh, suertudo de mí! un par de besos.


¡Gracias María, ya estoy deseando que llegue la segunda evaluación!


miércoles, 3 de diciembre de 2008

¡Supera tus fantasmas!


Esta mañana cuando iba al instituto (a las 9’15) me he encontrado por el camino con un alumno del centro que iba retrasado. Se llama Sergio y estudia cuarto de la eso. Yo le he tenido en primero, segundo y tercero. En primero tuve un mal encuentro con él que le valió una expulsión inmediata de tres días. Pese a ello, nuestra relación siempre ha sido buena: reconoció su error inmediatamente, no lo ha vuelto a cometer y yo no soy rencoroso. 

Si tuviera que describirle diría que su actitud en clase oscila entre la pasividad e indiferencia más absoluta y el interés y la participación distante. No soporta que se le impongan las cosas sin razonárselas (como le pasa a casi todos los alumnos), le encanta el ajedrez, es un lector compulsivo, mide 1’94, y cursa el programa de diversificación, pese a ser superdotado. ¿Cómo es posible eso? Pues porque su historia familiar es muy (pero muy) complicada y le ha influido tanto como para imposibilitarle seguir el programa normal: es incapaz de enfrentarse a los problemas y dificultades diarias. O, al menos, era incapaz, porque hace un par de días me comentaron en Jefatura que quiere estudiar bachillerato, una maravillosa noticia.
-”Ay, ay, ay, Sergio, que vas tarde, ¿de dónde vienes?”, le pregunto interesado.
-”De por ahí.” contesta evasivo.
-”¿Y qué clase tenías a primera?”
-”No sé, profe, es que no me he aprendido el horario” me dice con tono un poco guasón.
-”¡¿Cómo es posible, Sergio, qué desastre, a estas alturas del curso?!”, le recrimino.
-”No pasa nada profe, ahora me dejo llevar por la corriente y todo solucionado.”
Tras una pequeña pausa, le tanteo:
-”Me he enterado que quieres hacer bachillerato.”
-”Sí profe.” me dice ilusionado. “He pedido los libros de cuarto y los estoy estudiando en casa. Ahí estoy haciendo los ejercicios de ciencias, mates y física y química. Ya tengo un cuaderno lleno.” me cuenta tranquilamente.
-”¿Y ese cambio, Sergio, cómo ha sido?”
-”Pues porque no quiero quedarme sólo con un título de grado medio, quiero uno superior” me dice y es la primera vez que le oigo hablar de su futuro, afrontar su porvenir con una actitud positiva. Me alegra tanto que casi me emociona.
-”Y además, Sergio- le digo -teniendo las capacidades para hacerlo, es una pena desaprovecharlas.”
Pero Sergio no me contesta, no sé si le da vergüenza. Me siento un poco torpe de haberlo mencionado. A lo mejor es algo que no considera importante.


Lo importantes es que ¡allá va Sergio!, se ha puesto en movimiento con su imponente cuerpo y su imponente cabeza. Y si consigue superar sus fantasmas familiares quizás le veamos llegar lejos. 


(Os recomiendo una página interesante: www.iqtest.dk. ¡Suerte!)

sábado, 29 de noviembre de 2008

Por un mísero medio punto...


-”A ver, atendedme un momento por favor. En el museo del Prado puede verse ahora una exposición antológica de Rembrandt, un pintor barroco muy importante al que seguro muchos de vosotros conoceréis” les digo a mis alumnos, y ellos ponen cara de que más bien no lo conocen... Continúo: “Es un acontecimiento cultural muy importante que creo que no os debéis perder. Por eso, si alguno de vosotros va a ver la exposición y me trae la entrada y un comentario personal del cuadro que más le ha gustado le subo medio punto en la nota de la primera evaluación.” He dicho.


-”Pero profe, es obligatorio.” pregunta alguno con desgana.


-”Nada de eso, actividad totalmente voluntaria.” aclaro, “y os recuerdo que con el carnet del instituto la entrada es gratuita.”


Aquí esta, esta ha sido la propuesta que les he hecho a mis tres grupos de este año: un tercero de la eso, y un primero y un segundo de bachillerato. Tengo comprobado que si mandas una actividad voluntaria con premio, normalmente obtienes una buena participación. Pero la verdad, no me imaginaba que iba a tener la acogida que ha tenido. 

De los ochenta y ocho alumnos que tengo en total, ¡¡cuarenta y dos han ido a la exposición!! Por sexos, veintiséis chicas frente a dieciséis chicos: como siempre en temas culturales la mujer por delante, jajaja. 

Han ido solos, en grupo, con sus familias, con sus parejas, han repetido, han tenido que convencer a gente para que se hicieran pasar por sus padres porque sin tener los catorce cumplidos no pueden entrar solos... 

Y lo mejor de todo, me lo han contando, han compartido conmigo sus opiniones y pareceres, sus puntos de vista. Y con sus ideas yo he disfrutado de lo lindo. ¡Qué tacaño me siento, todo por un mísero medio punto!

Y como creo que puede interesaos, ahí van algunas de las cosas que han escrito. 



Sobre la exposición


-“Me ha gustado mucho, he salido encantada. Me ha impresionado la capacidad de Rembrandt para captar los sentimientos. La importancia que el pintor concede a la representación de las emociones te hace incluso sentirlas. Me quedaba mucho tiempo mirando cada cuadro, cada mundo que habitaba en esa pequeña obra maestra. Y podía llegar a meterme en él, tan real parecía, entendía a los personajes, les sentía, les susurraba... sentía cada gota de sangre, cada súplica, cada sentimiento... Sus cuadros suelen ser oscuros y misteriosos, pero maravillosos. Cada uno contaba su historia, y si querías, si lo intentabas, podías adivinarla, sin ni siquiera leer los folletos ni las explicaciones que hay junto al cuadro.” 

Celia, 3º eso.


-“En general, a mí, su estilo de expresarse y plasmar lo que ve y lo que siente en forma de cuadro me resulta extraña, inquietante. Su estilo de pintura es muy oscuro, y la mayoría es de tema religioso. Además, gran parte de las obras lo que expresan es sufrimiento, dolor y muchas veces violencia. A pesar de que mi punto de vista es subjetivo y nada experto ni profesional, objetivamente es un maravilloso pintor, y se ve que dibujaba con sentimiento.“ 

Ana. 3º eso.


-“Utiliza tan bien las sombras que las personas y cosas retratadas parece que cobran vida y viven en nuestra época.” 

Marc, 3º eso.


-“En los cuadros del museo yo percibía claramente los sentimientos de la gente, dolor, sufrimiento, miedo...” 

Elena, 3º eso.


-“El cuidado en el claroscuro imprime a sus cuadros un misterio especial y una intensa emoción. Me da la sensación de que intenta plasmar la naturaleza del hombre a la vez que su espíritu.” 

David, 2º bch.


-“Lo peor de la exposición es que ha sido muy, muy corta, la podían haber hecho más larga.” 

Alba 3º eso.


Autorretrato como Zeuxis


-“Da la impresión de ser como una aparición en un espejo. Tan sólo con una gama de colores es capaz de dar forma y volumen a sus cuadros e iluminar la cara y parte del ropaje de forma magistral.” 

María, 3º eso


-“Me pareció un cuadro curioso porque a pesar de las desgracias que le habían ocurrido en su vida se pintó sonriendo” 

Claudia, 3º eso.


-“Se le ve a él de viejo, aunque sonriendo después de que haya visto morir a sus dos esposas y a su hijo. Su risa es la mueca del que no tiene ya nada que perder.” 

Lara, 3º eso.


Betsabé


-“He ido dos veces a ver la exposición. La primera con María (una compañera de clase). La segunda vez me acompañó mi padre con su novia, y esta vez me interesé mucho más por los cuadros. Mi favorito es el de “Betsabé”, que tiene una historia y es lo que Rembrandt destaca en el cuadro. Betsabé ha leído una carta del rey David: se ha prendado de ella, la hará suya, y como resultado morirá su marido. Se ve en su mirada sombría la tristeza profunda que le produce lo que le espera, algo irreparable, algo que ya no tiene remedio. Sus cuadros me parecen muy tristes.” 

Lara 3º eso.


Artemisa


-“Me gusta por la iluminación dorada que le da a la mujer, y porque refleja tristeza, paz y soledad. Por la angustia que representa la mano en la tripa y la otra en la mesa, como si estuviese asustada, o no quisiese ver lo que hay en el recipiente: las cenizas de su marido muerto.” 

Natalia, 1º bch.


San Bartolomé


-“Su expresión es de cansancio y tristeza, tiene los ojos rojos e hinchados aparentemente de llorar, y con ojeras. Pero sobre todo parece seguro y sabio .” 

Ester, 3º eso


El Apóstol San Pablo


-“No soy capaz de explicar el motivo, pero me quedé 15 minutos aproximadamente sentada en un banco, observando el cuadro, analizándolo, contemplándolo. Sólo existíamos el cuadro y yo. El apóstol Pablo y yo. Pasaban personas que me apartaban del cuadro pero mis ojos nunca se apartaban de los suyos, intentando averiguar lo que decía su mirada. Decía algo, algo inalcanzable. Su mirada me impresionó, era diferente. Es posible que también me llamara la atención por motivos personales, sentía que el apóstol Pablo y yo estábamos buscando algo, nada material, alguna explicación de algo inexplicable. No podía apartar mis ojos de sus ojos. Conseguí meterme dentro del cuadro, lo que aparentaba rodearme no existía. No sé, es posible que esté exagerando, lo único que sé es que ahí me quedé, perpleja, hipnotizada, hechizada. Y no puedo olvidar esa mirada, Un cuarto de hora sin parar de mirarla. Su mirada... era su mirada... infinita, diferente, pensativa... Esa melancolía, desesperación, investigación, pensamiento, esa mirada, vivir con esa mirada...” 

Celia, 3º eso.



El festín de Baltasar


-“El día anterior a visitar la exposición tenía clase de pintura y le comenté a una de las profesoras que iba a ir mientras recogía mis óleos y lavaba los pinceles. Todas las ganas que tenía por la visita giraban en torno al cuadro que quiero comentar: “El festín de Baltasar”, cuadro del que estoy enamorado desde que lo vi por primera vez (hasta ahora siempre en fotos). Baltasar, rey de Babilonia, dio un gran banquete en el que se bebió vino en copas de oro y plata, que su padre, Nabucodonosor, se había llevado como botín del templo de Jerusalén. Entonces apareció una mano humana que comenzó a escribir en la pared: “Mené mené tequel parsin”. Estas palabras predecían la derrota y muerte de Baltasar esa misma noche y el reparto de su reino entre medos y persas.

Todo en la obra se está moviendo. Los personajes se asustan al ver aparecer la mano y la inscripción. El personaje principal, Baltasar (reconocido por ser el que mayor intensidad de luz recibe) se da vuelta rápidamente y provoca el derramamiento del vino de una copa que también se cae por acción de su brazo derecho. Los demás personajes comparten la misma sensación de asombro, exceptuando el flautista, que no se ha enterado todavía. La sirvienta de la izquierda derrama más vino del susto. La mujer a la izquierda tiene miedo y junta las manos mientras que se da la vuelta y se echa ligeramente hacia atrás, chocándose con el hombre de la barba, que no cree lo que está viendo. La posición de los personajes alrededor de la mesa está perfectamente estudiada para que el espectador se sienta parte del festín. Queda un hueco enfrente (por donde entramos) desde el cual vemos a cada personaje según su situación en la mesa. Es impresionante la textura, especialmente la de la ropa de Baltasar; el foco de luz, que viene de la izquierda, dibuja los bordados de su capa y las joyas de una manera que es perfecta. El cuadro también incluye una naturaleza muerta sobre la mesa, pero con el dinamismo característico de esta obra. 

Como conclusión decir que esta obra recoge los rasgos característicos de la obra de Rembrandt según los veo yo: la luz que resalta a los personajes más importantes, sus sentimientos a través de sus expresiones, y las texturas, perfectamente logradas. Ya para terminar decir que estoy seguro que voy a volver a la exposición, por lo menos una vez para llevar a mis padres que aún no han ido.” 

Jorge 2º bch.


Descanso en la huida a Egipto


-“Ha anochecido al pie de una montaña. La luna está medio oculta tras un nubarrón, envolviendo la escena en la oscuridad hasta el punto de que no se distingue el cielo del bosque, todo está negro, los árboles apenas aparecen sugeridos con pequeñas manchas borrosas. En lo alto, se perfila la silueta de un castillo con luz en sus ventanas y en primer término, bajo un árbol y al lado de un lago, una familia sentada al calor de una hoguera. Los adultos guardan sus animales y se acurrucan junto al fuego, mientras que vigilan a un niño pequeño que se entretiene jugando con las brasas. Son la sagrada familia, que huye a Egipto para salvar la vida de su hijo Jesús. 

Lo inhóspito del paisaje, envuelto en la penumbra, y la frialdad de la luz de la luna, contrastan totalmente con la calidez del  grupo familiar. Sin embargo, el contraste no es violento. El fuego ilumina cálidamente a los personajes, reflejándose en el agua y en los árboles que les cobijan, y tiene un eco en los suaves borrones dorados de las nubes, que sugieren los restos del atardecer. Esto envuelve en una atmósfera vaporosa y sutil, totalmente íntima, conseguida también con la pincelada muy suelta y temblorosa, que va dejando pequeñas manchas de color, muy fluidas. Me parece increíble como logra la sensación de cobijo e intimidad de la sagrada familia. 

Aunque se trata de un tema bíblico, los personajes están representados como seres convencionales. El paisaje es el verdadero protagonista, no ellos, pero creo que Rembrandt logra gracias a esta atmósfera casi mágica que asciendan a la dimensión mítica. Al fin y al cabo, El descanso en la huida a Egipto no es más que la protección del niño Jesús, y creo que con esa atmósfera logra transmitir plenamente esa idea de cobijo y protección. Como si esa naturaleza aparentemente hostil estuviera protegiendo al niño de la muerte.” 

David, 2º bch.


¿Qué os parece? ¿Verdad que soy tacaño?


jueves, 20 de noviembre de 2008

¡Héroes!

En mi instituto alguien ha pegado por las paredes la fotocopia de un artículo aparecido en la prensa, publicado por el diario Expansión, en el que el autor, padre de una chica de secundaria, cuenta la experiencia vivida al tener que cambiar a su hija de centro empezado ya el curso. A mí me parece un artículo bonito, y aquí lo pincho yo. Lo hago sin permiso de su autor, Ángel Guirao; si acaso pasara por aquí, señor Guirao, me gustaría pedirle que no se enfade, y decirle que yo le dejo que utilice TODO lo que quiera de este modesto blog... Ahí van sus palabras. 

"Héroes"
Ángel Guirao

     "Soy consciente de que el compromiso que adquirí con este periódico consistía en escribir una columna quincenal que versara sobre temas de márketing y comunicación en el marco de mi experiencia profesional. Hasta el momento, con mayor o menor fortuna, creo haberlo cumplido. Sin embargo, voy a aprovechar la de hoy para, bajo la excusa de que un elemento fundamental en la creación y sostenimiento de las marcas es su red de ventas, en la que parece que solamente se piensa cuando se la necesita para impulsar la colocación de un producto, relatar una experiencia personal. 
     Por causas que no vienen al caso, nos hemos visto obligados a cambiar a nuestra hija pequeña de colegio. Objetivo: encontrar un instituto público en la Comunidad de Madrid en el que hubiera una plaza de primero de bachillerato en el área de Ciencias Sociales con la optativa de italiano como segundo idioma; conscientes de que matricularla empezado el curso conlleva un incómodo proceso de adaptación.
     Con este bagaje, al primer lugar donde un padre o una madre se dirige es a la Consejería de Educación, concretamente a la Dirección del Área Territorial de Madrid, para requerir información sobre los posibles institutos que cumplan los requisitos esperados. Pues bien, aquí es donde la red de ventas y la imagen de marca empiezan a hacer aguas. No existe nada parecido a un listado de institutos de bachillerato con plazas disponibles, ni tan siquiera uno que incluya aquéllos que tienen italiano como primera o segunda lengua. En este sentido, también fallan otros vehículos de comunicación e información imprescindibles para el sostenimiento de una marca a día de hoy: el teléfono y la página web. Imposible dar con la información deseada, ni siquiera dirigiéndose a la Inspección Educativa de la Consejería. Sólo existe una solución: visitar los institutos uno por uno.
     Por si esto fuera poco, la atención dispensada, no siendo mala, resulta fría y distante, e incluso los modelos a rellenar para realizar cualquier solicitud resultan ser aquéllos de mi adolescencia en los que uno se dirigía a la Administración en términos de Expone y Solicita y siempre dirigidos al Ilmo. Sr, quien era de todo menos un servidor público, probablemente porque no era el público quien le elegía para el cargo.
     Con esta imagen de la enseñanza pública, comienza el periplo por los institutos más próximos a tu lugar de residencia. Y se entra en el primero temeroso, huidizo, como intentando no molestar, a ver si le hacen a uno el favor de que su hija pueda estudiar allí. Pero resulta que esta red de ventas no tiene nada que ver con la otra, que es una auténtica red de ventas. La que desearía desde la mas grande de las multinacionales hasta el más pequeño de los comercios. Desde el bedel que te abre la puerta, los profesores que te presentan y saludas por los pasillos, los jefes y jefas de estudio y las directoras de los ocho institutos visitados son los auténticos responsables de que la educación funcione en este país. Con que cuiden de nuestros hijos la mitad de lo que lo han hecho conmigo ya sería bastante. Todo han sido facilidades, han demostrado una eficiencia extraordinaria y un trato amable, poniendo de manifiesto en todo momento que lo menos importante era rellenar papeles, impresos y modelos. Lo importante era la educación de nuestra hija e incorporarla de inmediato, es decir, ese mismo día a esa misma hora. ¡Y luego ya veremos lo que hay que rellenar!
     Por eso tenía que escribir esta columna. Para darles las gracias públicamente. No por mi caso personal, sino por demostrarme que los profesores de los centros públicos son unos héroes que se levantan temprano todas las mañanas para dejarse la piel en uno de los terrenos de juego más peligrosos, emocionantes y fundamentales: la educación de nuestros hijos. Y que lo hacen con una dignidad, dedicación y cariño que uno no pensaba que existía. Si alguien pensaba que la vocación no existe y que el mundo se mueve por dinero, que se acerque a los institutos públicos y compruebe su error. ¡Que gran vasallo si hubiese buen señor!"

Gracias, señor Guirao, ¡es usted mi héroe!

domingo, 16 de noviembre de 2008

¡¡Soy rico!!


Nicomedes es un profesor de matemáticas que ha dejado castigados durante el recreo a cuatro alumnos de 1º de la eso que le han estado dando la lata en clase. Después de reprenderlos un poco, aguanta sus previsibles quejas:



-“¡No nos castigues profe, si no hemos hecho nada, anda...!” dice David.


-”Déjalo David, si es que a los profes les encanta castigar, aunque no tengan razón, es que disfrutan con ello...” dice Álvaro indignado mientras desenvuelve su bocadillo. Sus compañeros asienten.


Nicomedes no les hace ni caso. Van pasando los minutos. Álvaro, mastica muy pensativo mientras mira a Nicomedes. 


-”¿Profe, tu eres rico?”, pregunta de improviso.


-”¿Rico yo, de dónde te sacas eso? No, no, yo no soy rico, Álvaro, ya me gustaría, ya.” 


-”Como tienes un BMW y un ordenador portátil...” suelta un poco descarado.


-”Bueno, eso es cierto, pero no soy rico, no. Un portátil hoy en día no es algo caro, y respecto al coche, creo que hay que tener un vehículo seguro que pueda prevenir posibles desgracias” le explica Nicomedes.


-”Claro, si fueras rico no serías profesor.” dice, aplicando su lógica particular, y quizá algo despectivo.


-”Ser profesor no tiene nada que ver con ser rico, es algo vocacional. Aunque fuese rico, sería profesor igualmente. A mí me gusta mucho mi trabajo, Álvaro, me reporta muchas satisfacciones pese a los momentos difíciles que hay de vez en cuando.”


-”A mí no me gustaría ser profe, vaya rollo, todo la vida metido en un instituto...” dice el chico bastante categórico, aunque tras unos momentos añade: 


-“Bueno, sí que me gustaría, para poder castigar a todo el mundo, se iban a enterar!!”, amenaza sonriendo malicioso...



¡Que dios no nos ponga donde lo haya!, como decía mi abuela.




miércoles, 12 de noviembre de 2008

Predicar con el ejemplo


Reunión del equipo directivo con los padres de los alumnos de eso. Sale a relucir un problema con una profesora. Así lo cuenta una madre:



-” Se ha generado muy mal ambiente entre ella y el grupo: grita a nuestros hijos, utiliza un vocabulario impropio de un profesor, no les deja participar ni hacer comentarios en clase... Dice que su clase es una dictadura, que se hace únicamente lo que ella dice. ¿Qué les parece?”


-”¿Qué asignatura les imparte? pregunta la directora, una forma de saber de qué profesora se trata.


-”Educación para la ciudadanía” contesta la madre con cierto retintín. 



Sin comentarios... 

(Es una manera de hablar, ¡¡espero vuestros comentarios!!)






domingo, 9 de noviembre de 2008

Todo se tiñe de negro...



 Miércoles pasado, tras el primer martes después del primer lunes de noviembre. Clase de dibujo técnico con 1º de bachillerato. Estamos empezando a ver las curvas cónicas, haciendo sencillos ejercicios de hallar los ejes y los focos de la elipse:


-”Si tenemos la magnitud del eje menor y la distancia entre focos, ¿podemos dibujar el eje mayor?”


No contestan, más por desgana que por desconocimiento...


-”¿Podemos?”, vuelvo a preguntar alzando más la voz.


-¡Yes, we can!” contesta alguien desde el fondo de la clase: risas generalizadas, incluidas las mías. 


Y es que la presencia de Obama lo está impregnando todo...


¡¡Enhorabuena, señor!!


(Al llegar a casa escribí en Google "blog+Obama" y salieron 169.000.000 resultados, así, un número redondo. Ya hay al menos 169.000.001)

jueves, 6 de noviembre de 2008

Cuatro reglas

"Parábola de los ciegos" Peter Brueghel

Al principio de curso, a mis alumnos de bachillerato les alecciono como sigue:


-”Vuestro deber como alumnos es el de seguir cuatro sencillas reglas a rajatabla, si es que queréis triunfar en el instituto este año, en la selectividad en junio, y en la vida en general” les digo.


-“La primera: cree siempre lo que dice tu profesor, tu superior, sin ningún tipo de duda y sin ningún sentido crítico. Nada de preguntas. Es muy mala costumbre hacer ver al profesor que se equivoca. Es mejor callarse, aunque esto signifique que todos os despeñeis detrás de él y sus errores...”


-”La segunda: sé un vago; si te puedes ahorrar una línea, te la ahorras, y mejor si es un arco, una circunferencia... Si hay dos procedimientos para hacer un problema, sin duda elige el más sencillo. Vuestro objetivo debe ser hacer las cosas a la primera para no tener que volver a hacerlas.”


-”La tercera: en caso que no sepas resolver un problema, disimula y que no se note. Nunca preguntes dudas, le darás pistas al profesor acerca de tu ignorancia. Por el contrario, intenta engañarle siempre (y especialmente al corrector de selectividad) para que crea que sabes aunque no sea cierto. Haces una solución a ojo si es posible (muy limpia, esto es imprescindible) y a su alrededor colocas un montón de líneas que hagan parecer que conoces el procedimiento de resolución. Y si cuela, cuela.”


-”Y la cuarta: tu no necesitas entender las cosas, sólo reproducirlas. Las entienden aquellos que tienen unos objetivos altos y un nivel de esfuerzo superior, que no debe ser tu caso: ello sólo te llevaría a la frustración pues sólo un mínimo tanto por ciento de la gente triunfa.”


-"Al fin y al cabo, en la escuela debemos de preparaos para vuestro ingreso en la sociedad, en el mercado laboral, y ¿qué demanda la sociedad? Gente sin criterio, sin sentido crítico, que haga las cosas de manera mecánica sin cuestionarse si están bien o mal. ¿Qué podemos obtener de la sociedad así, por tanto? Nada bueno, así que a engañarla siempre que haya ocasión y a esforzarnos lo menos posible. Ya sabéis... estas cuatro reglas deben regir vuestra vida desde estos momentos y en vuestro futuro."


Las caras que ponen son muy divertidas, ¡probad, probad!